Sobre el artista
Gonzalo Garcia
Gonzalo García Gaitan (Bogotá, 1981) estudio artes en la Universidad de los Andes, actualmente es docente en la Pontificia Universidad Javeriana y se desempeña como artista independiente. En el 2007 es ganador del III Salón de Arte Joven del club El Nogal y en el 2009 gana el segundo premio en el Salón Uniandino a las artes. Ha expuesto en numerosas ocasiones tanto dentro como fuera de su país y su obra se encuentra en diversas colecciones privadas. Su trabajo se caracteriza por un manejo de diversas técnicas tradicionales como el dibujo o la acuarela y el interés en el modo en que la tecnología muestra la percepción de lo cotidiano. También tiene un interés en lo animal, la identidad y la sexualidad. Actualmente reside en Bogotá.
Videopalíndromos
Proyecto que he desarrollado a partir de mi interés en el modo en que concebimos el tiempo y el modo en que nuestra percepción del mismo es completamente subjetiva. Para esta exploración me he basado en Materia y memoria (1896), un libro en el que el filósofo francés Henri Bergson afirma que lo que tradicionalmente entendemos por tiempo es simplemente «el tiempo de las matemáticas», al que tendemos a concebir como una línea ilimitada compuesta de unidades o momentos independientes unos a otros. Este «tiempo de las matemáticas» es una mera abstracción fruto de una previa espacialización: una sucesión de instantes estáticos que dan una sensación de continuidad, tal y como sucede en una animación cuadro por cuadro o en el cine. Esta forma de representar el tiempo nos capacita para medirlo y para fijar los eventos, ya sea como simultáneos o como sucesivos. Sin embargo, la representación tradicional de las ciencias no comprende el tiempo, pues lo concibe según el modo de ser del espacio. Según Bergson, desde la perspectiva de los datos inmediatos de la conciencia, esta multiplicidad numérica se pierde y sólo queda una multiplicidad cualitativa de experiencias subjetivas que se perciben de una manera continua que enlaza el presente con el pasado, y en la que no se descomponen las vivencias, sino que se armonizan entre sí y con las memorias personales, donde lo real e imaginario se funden tal y como sucede con las notas de una melodía. Para el filósofo francés, el tiempo real está determinado por nuestra subjetividad, por las vivencias y las memorias que constituyen nuestras vidas.
Videopalíndromos se compone de una serie de piezas en las que represento, en animaciones cuadro a cuadro, rutinas, eventos de naturaleza cotidiana (levantarse de la cama, lavarse los dientes, respirar, etcétera) o personal (como mi miedo a nadar, por citar un ejemplo) y aporías clásicas sobre el tiempo y el espacio (como la paradoja de Zenón de Aquiles y la tortuga). Las piezas son animaciones cuadro a cuadro donde intervengo relojes antiguos de pestañas (flip clock) reemplazando los números que indican las horas y los minutos por las secuencias animadas. Ya sea que el motor avance o retroceda, la lectura de las secuencias de imágenes será siempre igual, tal como sucede con los palíndromos escritos.
Cuando encontré el texto de Bergson pensé cómo podría armonizar la idea de la imposibilidad de la representación del tiempo con la idea de la memoria y me encontré jugando con uno de estos relojes que en principio emulan los flip books o libros de animación de principios del siglo XX. Empecé a desarrollar esta idea del reloj como contenedor de esta espacialización temporal que puede contener eventos de naturaleza cotidiana. Aunque intervenido, el reloj de mesa puede ser también un artefacto para transmitir memoria si se subvierte su propósito original de «dar la hora».